Kikote no puede faltar en nuestras citas anuales, pues su ministerio es muy especial: ¡llenarnos del “Humor” de Dios!
Han sido tres largos días de actuaciones llenas de vida, testimonio de esperanza y alegría… ¡Gracias Gabriel, Kikote! Los colegios de Monzón (salesianos) y de Cristo Rey (escolapios) han vibrado con tus ocurrencias. ¡Que el Señor dé crecimiento a lo que has sembrado con este ministerio!